El diseño de infraestructuras es crucial para prevenir la entrada y proliferación de plagas. Implementar barreras físicas, como mallas en ventanas, y asegurar un manejo adecuado de residuos son medidas efectivas. Además, el uso de materiales de construcción duraderos y resistentes a plagas contribuye a mantener los edificios protegidos. Un monitoreo regular de las instalaciones es esencial para detectar posibles problemas y actuar de manera preventiva. Un diseño bien pensado reduce la necesidad de intervenciones posteriores, asegurando un entorno libre de plagas.